El centro de gravedad del cuerpo es el punto hipotético alrededor del que parece actuar la fuerza de la gravedad (que va de arriba a abajo), e implica todo lo relacionado con la postura: visualizar esta línea descendente de la gravedad y comprenderla ayuda a mantener el equilibro y una postura correcta.
En reposo, y con proporciones corporales estándar, ese centro estaría a la altura de la segunda vértebra sacra, y se “desplaza” según el movimiento que se haga.
Y llegamos a la pelvis
Una estructura en forma de cuenco que da soporte a la columna vertebral y protege los órganos abdominales. Si te fijas, está centrada en tu cuerpo, es tu centro ideal de gravedad: la pelvis, que incluye el sacro (recordemos esa segunda vértebra sacra), se encuentra en el punto natural del equilibrio, es la conexión entre la parte superior e inferior de tu cuerpo, la transición.
Los músculos del suelo pélvico, por su parte, no solo son el soporte de los órganos internos: también, junto a los abdominales, ayudan a estabilizar la pelvis y a distribuir el peso, y apoyan a los que facilitan la locomoción.
Saber que tienes un centro de gravedad y conocer su composición y ubicación te permite controlarlo y fortalecerlo, haciendo que todo el cuerpo funcione mejor.
El pilates te ayuda a que la pelvis produzca y resista fuerza tonificando toda la zona abdominal y mejorando la "salud" de tu centro de gravedad.
El movimiento brota del centro, te lo dice el instructor: interioriza ese concepto y sintoniza con él mentalmente.
Céntrate en tu centro. Equilíbrate de dentro hacia fuera, y entrena a tu cerebro para reorientar tu centro de gravedad de manera dinámica, beneficiando tu columna vertebral, tu postura, tu salud y tu sentido del equilibrio. En Pilates Talavera de Clínica iPhysio te enseñamos cómo hacerlo. ¡Búscanos!
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